Aquellos niños que se encuentran a disgusto con sus orejas y quieren operarse, cooperan más durante la intervención y están más contentos con el resultado.
Muchos pacientes, niños o adultos, pueden estar inseguros acerca del resultado de la otoplastia.
Tenga en cuenta que se pretende conseguir una mejoría, no la perfección absoluta.
No espere una simetría exacta, que incluso quedaría poco natural.
Si comenta con su especialista en cirugía estética, tanto el procedimiento, como sus expectativas y opciones, los resultados serán muy satisfactorios.
En la primera consulta, el especialista en cirugía estética realizará una evaluación del problema y recomendará la técnica más efectiva para su caso.
También le proporcionará las instrucciones para prepararse para la cirugía.
Si el niño es pequeño, el especialista en cirugía estética le recomendará realizar la intervención bajo anestesia general.
Para niños mayores y adultos, se empleará anestesia local asociada o no a sedación, de manera que esté despierto durante la cirugía, pero relajado.
Una otoplastia suele durar entre 2 y 3 horas, aunque en casos complejos puede llevar más tiempo.
La técnica empleada dependerá del problema concreto.
Generalmente se realiza una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja para exponer el cartílago auricular.
Después se esculpe el cartílago y se dobla hacia atrás; se pueden emplear puntos internos para mantener la nueva forma.
En ocasiones, puede ser necesario extirpar una parte del cartílago para obtener una oreja más natural.
Por último se extirpa una cuña de piel de la parte posterior de la oreja.
La cicatriz resultante de la otoplastia queda disimulada detrás de la oreja.
La mayoría de las veces, aunque solo una oreja parezca anormal, se intervienen las dos para conseguir una mejor simetría.
Se coloca un vendaje alrededor de la cabeza nada más finalizar la cirugía. Las orejas pueden doler un poco los primeros días, pero se alivia fácilmente con medicación.
En pocos días se cambia el vendaje por uno más ligero parecido a una cinta de pelo.
Es importante seguir las instrucciones de su especialista en cirugía estética respecto al uso del vendaje, sobre todo por la noche.
Debe evitarse durante el primer mes cualquier actividad en la que puedan doblarse las orejas.
La mayoría de los adultos vuelven al trabajo a los 5 días de la cirugía; los niños vuelven al colegio en unos 7 días, siempre y cuando tengan cuidado con las actividades físicas.
Sin embargo, como en cualquier otra intervención, existen riesgos propios de una cirugía y complicaciones propias de este procedimiento.
Un pequeño porcentaje de pacientes pueden desarrollar un hematoma, que se disuelva espontáneamente o que precise drenaje.
Ocasionalmente, puede producirse una infección del cartílago que aumente el tejido cicatrizal de la oreja; su tratamiento consiste en la administración de antibióticos; en raras ocasiones puede ser necesario el drenaje quirúrgico.